SANTA MARÍA DE LA VEGA.

8 de Septiembe


Santa María de la Vega (de forma coloquial, Virgen de la Vega) es la advocación de la Virgen María patrona de Salamanca. Su festividad es el día 8 de septiembre, día en el que comienzan las ferias de la ciudad.




HISTORIA:

Desde hace varios siglos en Salamanca se celebraba en el mes de Septiembre una feria anual ganadera que surge de la antigua tradición de aquellas ferias donde las gentes intercambiaban y vendían sus ganados y hortalizas al final del verano.

Para estas concentraciones y, como consecuencia de necesitar un sitio amplio donde dejar las bestias y carros así como construir cercados y rediles, se eligió el Teso de La Feria, junto al Puente Romano al otro lado del Rio Tormes, en el llamado barrio del Arrabal.

Según cuenta la tradición, cuando las tropas portuguesas del lado del Archiduque Carlos VI, durante la Guerra de Sucesión en 1706, intentaron invadir la ciudad y doblegar la voluntad de los salmantinos, partidarios de Felipe V, estos se encomendaron a su patrona la Virgen de la Vega para que les ayudara en esas horas de gran peligro. Durante las luchas que tuvieron lugar las tropas enemigas fueran vencidas por los defensores charros y expulsados de sus inmediaciones.

Como consecuencia del apoyo de la ciudad y sus habitantes a la causa de Felipe V y a esta gran victoria conseguida, este monarca, premió a la ciudad con la construcción de su joya más preciada, la Plaza Mayor.

La Virgen ya era patrona de la ciudad desde 1618, pero este episodio es especialmente recordado por los lugareños.

IMAGEN:

Es una pequeña talla románica de madera que data del siglo XII y su procedencia es desconocida. Dice la leyenda que vino desde Constantinopla realizando un largo viaje hasta la ciudad.

Por su técnica se ha datado de finales del siglo XII; la escultura mide 72 centímetros de altura. Se compone de dos figuras, la Virgen con el Niño sentado sobre su rodilla izquierda. Está realizada en madera y recubierta de piezas de cobre dorado y ornamentos formados por cabujones de pedrería de colores. El rostro de la Virgen y la cabeza del Niño junto con las manos de ambos son de bronce fundido y sin dorar. Los ojos en la cara ovalada de la Madre son de azabache y el rostro del Niño con unas facciones infantiles, recordando ya al estilo gótico, presenta los ojos de vidrio azul.

Las vestiduras son de chapa modelada a martillo sobre la madera tallada y sujeta a ella por medio de clavillos también de cobre. Los adornos de cabujones llevan piedras azules, verdes y rojas. La cabeza de la Virgen esta cubierta con un velo y sobre éste una corona real moderna sustituye a la anterior.

El trono no tiene respaldo, está esmaltado y sus partes frontales están adornadas con querubines dentro de aureolas. En todo alrededor del trono, dentro de unos arcos se encuentran unas figuras en relieve, esmaltadas sobre un fondo dorado, representando a los apóstoles. Los colores empleados son el azul turquesa, azul cobalto, rojo, verde, amarillo, negro y blanco alternados.