Nuestra Señora del Nahuel Huapi


03 de mayo:



En 1672, en reconocimiento a la labor misionera del P. Mascardi, el Virrey Lemos, desde El Alto Perú, le envió una bella Imagen de la Virgen que “él colocó, con la veneración que se puede suponer, en el humilde altar de su capillita” (Furlong, Nicolás Mascardi, Pág. 50), nombrándola Señora de Poyas. Años después, el Padre De la Laguna, añadiría“: y de Puelches.

El 14 de noviembre de 1717 la Misión es destruida por segunda vez. Y nuevamente la Imagen queda ilesa.

Copiamos el relato del Padre Francisco Enrich ”enseguida saquearon completamente la Casa y la Iglesia sin perdonar cosa alguna, excepto la imagen de María Santísima que sacaron a la orilla de la laguna, y despojándola de sus ricos y vistosos vestidos la dejaron cubierta con un cuero de caballo”. Para colmo de tan sacrílegos atentados prendieron fuego a los edificios que ardieron completamente, y con ellos el cuerpo del Padre Elguea. “(Historia de la Compañía-1891. Chile). A principios de 1718, desde Calbuco, viene el P. Arnoldo Jaspers integrando una expedición al Nahuel Huapi, motivada por la noticia del trágico fin de la Misión, que llega a Castro con el grupo de poyas cristianos sobrevivientes. Jaspers lleva la Imagen a Chequián (Chiloé). Cuando en 1730 se construye la iglesia de Achao (Hoy Patrimonio de la Humanidad), la Imagen de la “Virgen de la Misión Nahuel Huapi” es entronizada en esa iglesia como Patrona de la misma, bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto. Esta tradición oral conservada celosamente por los Achaínos, salió a luz una vez que ellos vieron que las intenciones de los Barilochenses no era “reclamar la Imagen”, sino sólo pedirles autorización para hacer una copia.

Un dato geográfico y otro histórico, van dando coherencia y confirmando la tradición oral de los Achaínos: Chequián fue el primer asentamiento jesuítico en la isla de Quinchao. Por razones de seguridad ante la piratería reinante, años después se trasladaron a la bahía de Achao: en la misma isla, a pocos kilómetros y en la misma orilla del Pacífico.

La Imagen de Nuestra Señora de la Misión Nahuel Huapi que se encuentra en el presbiterio de la Catedral de Bariloche es copia exacta de “La Loreto “ de Achao.

En el libro “LA MISIÓN NAHUEL HUAPI”, de Yayo De Mendieta, encontramos abundante material, que recoge resultados de investigaciones serias a ambos lados de la Cordillera y en los Archivos Jesuíticos de Roma y el Vaticano.


Una Virgen Extraviada

Estos antecedentes se estuvieron reuniendo durante tres años con el apoyo del Obispo Fernando Maletti, del rector de la Catedral de Bariloche, Pascual Bernik y el párroco de Achao, Renato Torres.

La virgen de Loreto, patrona de la Iglesia que lleva su nombre en Achao, resultaba ser la misma escultura que Mascardi y los poyas cordilleranos llamaron “Nuestra Señora de Asunción de Poyas” y que permaneció hasta 1717, cuando fue destruida la misión.

La réplica de la imagen colonial fue encargada al escultor ancuditano Milton Muñoz, que la reprodujo en un milenario mocho de arce.

El 4 de Junio del 2004, a la madrugada, una caravana de achainos despidió a la delegación hasta Dalcahue. Continuaron dos buses de chilotes y barilochenses con la nueva imagen, cruzaron la nevada Cordillera de los Andes y en los límites de la ciudad lacustre lo esperaba una columna de vehículos y bandas de música. Los bomberos instalaron en uno de sus carros a la imagen que lucia como en un “papamóvil”.

La Catedral de Bariloche es el volumen arquitectónico más grande de la ciudad. Su estructura de hormigón recrea la monumentalidad románica, pero con muchos guiños góticos de luminosos vitrales y alzados espacios.

A ese templo encendido ingresó la imagen menuda, ante la expectación de una Catedral repleta de gente, estandartes y banderas de ambos países. Al cruzar el arco ojival de la entrada irrumpió una banda militar y todas las rosas del lago cayeron en una eclosión de pétalos perfumados. Hasta el menos religioso se emocionó en esa atmósfera ritual donde el pasado y el presente concurrían. Chilotes y argentinos palpitaban en la misma memoria y fe.

La imagen quedó en un podium construido en el altar. La custodiaba una docena de ángeles encarnados en pequeñas niñas del lugar. Al finalizar la ceremonia, el viernes 4 , la gente se acercó al altar y como se acostumbra en nuestras islas comenzaron a tocarla y venerarla en oración. “Nuestra Señora del Loreto” había sido incorporada a la devoción trasandina, con la antigua advocación de “Virgen de Nahuelhuapi o de los poyas”.

La imagen es emblemática, simboliza la historia de Chiloé: un pueblo que vive en dos países, como esta Patrona que es hoy venerada en Bariloche y Quinchao.


LAS MISIONES JESUITAS 
La misión "Nahuel Huapi"

La Misión del Nahuel Huapi fue fundada en 1670 por el Padre Nicolás Mascardi y un grupo de aborígenes Poyas (alrededor de treinta personas) que, desde Chiloé, regresaban a sus tierras, liberados del exilio y de la cárcel. Conoció a los poyas en la cárcel de Castro y, además de ayudarlos e ir aprendiendo su idioma, por este “resto” pleiteó a favor de su libertad y probó que no podían ser esclavos, valiéndose de muchas y eficaces razones, en lo que se gastó algún tiempo; que en materia de defender a los indios era muy celoso y ponía todo empeño. Cuatro años le costó la victoria con repetidas cartas al Gobernador de Chiloé, al Gobernador de Chile, y al Virrey del Perú Los sacó de las prisiones donde estaban y los llevó a un lugar seguro y cómodo a fin de regresar él mismo en compañía de ellos, a sus tierras.

Para dar una idea de la magnitud de los ataques españoles: se calcula que en cinco años realizaron treinta malocas, capturando más de 14.000 aborígenes en las zonas del Nahuel Huapi. Y en este contexto es donde Mascardi hace realidad las palabras del Profeta Isaías, que Jesús hizo suyas en la Sinagoga de Nazaret: El Espíritu del Señor está sobre mí… Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos, a dar libertad a los oprimidos (Evangelio de san Lucas, 4,16.) En este grupo tenía un fuerte liderazgo “la Reina” HUANGUELÉN (ESTRELLA). Ella y su Pueblo, liderados por el P. Mascardi, fueron protagonistas de la experiencia histórica de un Evangelio Liberador. No es difícil imaginar el entusiasmo, la alegría con que habrán emprendido el cruce de la Cordillera de los Andes.

“De esta manera, finalizados los preparativos, partió lentamente la caravana. Al llegar al pie de la cordillera, Mascardi agradeció a su escolta y los invitó a regresar: y se fue solo con los indios confiando en Dios y puesto en sus manos, muy alegre por no tener que confiar en hombres, sino sólo en Dios” (La Misión Nahuel Huapi, Pág.112). El asentamiento de la Misión, previa estadía en la orilla Sur del Lago Km.17 de la Avenida Bustillo, estuvo definitivamente en la costa Norte del Lago, actual Península Huemul.


LA CATEDRAL 
Iglesia Catedral de San Carlos de Bariloche

La Catedral de San Carlos de Bariloche, "Nuestra Señora del Nahuel Huapi", es el principal templo católico de la ciudad de San Carlos de Bariloche, en Argentina. Se encuentra en la intersección de las calles Almirante O’Connor y Beschtedt, rodeada por dos plazas con hermosos jardines, y corresponde a la Diócesis de Bariloche, sufragánea de la Arquidiócesis de Bahía Blanca.

Para la construcción de la Catedral de Bariloche, el arquitecto Alejandro Bustillo ofreció su proyecto gratuitamente. Su sentimiento se orientó en un estilo neogótico con reminiscencias francesas. Un proyecto que incluía, buscado o no, algo de las herméticas ciencias medievales.

El edificio tiene forma de cruz latina. Su cabecera está orientada exactamente al Este, de modo que el sol ilumina desde el comienzo del día. Así también se logra esfumar las diversas variaciones de la luz, al pasar por los vitrales. Vista desde el exterior, se generan planos de luz y sombra acentuando sus rasgos arquitectónicos ya mencionados.

El material usado para su edificación fue la “piedra blanca”. Es curioso notar, expresado por algunos feligreses, como el efecto que genera este mineral, puede transportarnos a un mundo interior de sensible austeridad. Impresión vinculada acaso con la grutas de los primeros cristianos, que encontraban en estos medios de construcción (piedra) los medios para edificar.

En el caso del techo, son de color negro y culminan en un campanario de 69 metros en forma de aguja.

(fuente: www.iglesiacatedralbariloche.com)