Se cuenta que en el año 1071 la imagen de María había sido arrastrada por una tormenta, junto con más de 600 casas.
Pero cayó y si bien salió ilesa, fue con tal violencia que estalló el pavimento, y se hundió más de 20 pies en la tierra, de donde nunca se la pudo sacar.
Hay una iglesia actualmente en Londres llamado Saint Mary-le-Bow que fue construida aproximadamente en 1080 por el arzobispo de Canterbury.
Se trata de una iglesia normanda que puede haber sustituido una estructura anterior de origen sajón, y ese edificio puede haber sido destruido por la tormenta de 1071. Lo cierto es que había una terrible tormenta en la ciudad de Londres en el mes de octubre del año 1091, según una crónica del siglo 12.
Esta puede ser la fecha real contemplada por el Abad Orsini, ya que se registra que hubo un gran viento y tornados del sur que mató a dos hombres y levantó el techo y las vigas de la iglesia y fue tan grande que cuando cayeron las vigas sólo un séptimo u octavo de ellas permanecieron visibles. Las vigas eran de casi 30 pies de largo. También se menciona que las vigas no se podían retirar de la tierra, y así fueron cortadas a nivel del suelo y desaparecieron.
No se pudo encontrar ninguna mención de una imagen de María que también fue enterrada en el suelo en ese momento. Se cree que la iglesia se construyó encima de una cripta de una edad mucho más temprana.
Sir Christopher Wren, que reconstruyó la iglesia después de que fue destruida en el gran incendio de 1666, consideró que era de origen romano, y la quería utilizar como cámara funeraria. En ese momento el único acceso a la cripta era por una puerta trampa con una escalera de mano, aunque más tarde se construyó una escalera para facilitar el acceso. Además del tornado que azotó a la iglesia en 1091, se produjo un incendio en 1196. Una torre de la iglesia se derrumbó en 1271, y la iglesia fue totalmente destruida por los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial antes de ser reconstruida en 1964.
Hoy es una iglesia anglicana
