Nuestra Señora Refugio de los Pecadores (Monserrat)

16 de Enero
El peor mal que nos puede sobrevenir es indiscutiblemente el PECADO, que nos convierte en objeto de aborrecimiento a los ojos de Dios. La infinita misericordia de Dios no sólo nos ha preparado un potente remedio contra el pecado, en los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador, sino que también nos ha dado a nosotros, pobres pecadores, un refugio seguro en la asistencia de María, Nuestra Señora Refugio de los Pecadores.

En la Ley Antigua había ciudades de refugio a las que los culpables podían huir en busca de seguridad; en la Nueva Ley, el manto de María es, para nosotros, esa ciudadela de refugio para las almas pecadoras. ¿Cómo puede golpearnos la Ira Divina, si estamos cubiertos por el manto de María, la hija escogida y la Madre de Dios honrada?

Nuestra Señora Refugio de los Pecadores, por lo tanto, no es simplemente una prenda de nuestra seguridad, sino que, por su santidad sin igual, es una prenda de perdón para todos los pecadores que recurren a su intercesión.

Ella no sólo desarma la justa ira de Dios suscitada por nuestros pecados, sino que también obtiene para sus verdaderos clientes una conversión sincera y sentida. Basta con volverse hacia ella con Fe, para obtener la Clemencia Divina y los medios para levantarnos del lodo del pecado.