DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR

5 de Agosto

Por: Santa Sede | Fuente: w2.vatican.va

Desde hace dieciséis siglos domina la ciudad de Roma: es el templo mariano por excelencia y cuna de la cultura artística, representa un punto de referencia para los cives mundi que desde todas las partes del mundo llegan a la Ciudad Eterna para deleitarse con lo que la Basílica les ofrece a través de su monumental grandeza.

Es la única de las basílicas mayores de Roma que ha logrado conservar su estructura original, aunque a lo largo del tiempo se han ido añadiendo algunas modificaciones. En su interior presenta algunos detalles por los que destaca respecto a las demás basílicas: en primer lugar los mosaicos de la nave central y del arco triunfal del siglo V d. C., realizados durante el pontificado de Sixto III (432-440) y los del ábside, cuya realización fue dirigida por el fraile franciscano Jacopo Torriti por orden del Papa Nicolás IV (1288-1292); la pavimentación de tipo "cosmatesco" donada por los caballeros Scoto Paparone e hijo en el 1288; el techo artesonado de madera dorada diseñado por Giuliano San Gallo (1450); el belén del siglo XII de Arnolfo de Cambio; las numerosas capillas (de la Borghese a la Sixtina y a la Sforza, de la de Cesi a la del Crucifijo y a la de San Miguel); el Altar mayor realizado por Ferdinando Fuga y sucesivamente enriquecido con otras decoraciones por el genio Valadier; y por último, la Reliquia de la Sagrada Cuna y el baptisterio. Cada columna, cada cuadro, cada escultura, cada pieza de la Basílica representan una recopilación de la historia y de los sentimientos religiosos.

Todos podrán disfrutar de las emociones que transmite este lugar sagrado, desde el peregrino más devoto hasta el simple apasionado de arte.

El encuentro con la Basílica "liberiana", del nombre del Papa Liberio, es una experiencia tan conmovedora que llena el alma y el espíritu de emociones: no es raro ver a los visitadores fascinados por la belleza de las obras, así como es posible darse cuenta de la constante devoción de todas esas personas que ante la imagen de la Virgen María, aquí venerada con la dulce advocación de "Salus Populi Romani", buscan consuelo y alivio.

Todos los años, el día 5 de agosto, se recuerda el "Milagro de la nieve" con una solemne celebración. Ante la mirada conmovida de muchos fieles una cascada de pétalos blancos desciende desde el techo cubriendo el hipogeo y creando como una unión ideal entre la asamblea y la Madre de Dios.

Desde el comienzo de su pontificado san Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de la Salus, como testimonio de su gran devoción a la Virgen María. El mismo Papa, el 8 de diciembre del 2001, inauguró otra perla preciosa de la basílica: el Museo, cuya estructura moderna y la antigüedad de sus obras maestras ofrecen al visitador un "panorama" único.

Los numerosos tesoros que en ella se encuentran, hacen de Santa María la Mayor un lugar en donde el arte y la espiritualidad se funden en un connubio perfecto, ofreciéndonos aquellas emociones únicas y propias de las obras de arte del hombre que están inspiradas por Dios.


Pag. oficial: Basílica de Santa María la Mayor

Historia de la Basílica

Después del Concilio de Éfeso (431), en el que la madre de Jesús fue proclamada Madre de Dios, el papa Sixto III (432-440) erigió en Roma, sobre el monte Esquilino, una basílica dedicada a la Santa Madre de Dios, basílica que fue llamada más tarde «Santa María la Mayor». Es la iglesia más antigua dedicada en Occidente a la Virgen María.
La basílica actual sigue siendo la mas grande dedicada a la Madre de Dios en Roma y la mas esplendorosa en Italia después de Loreto. Debido a su enorme tamaño y esplendor pero sobre todo por ser la mas antigua dedicada a la Virgen, recibió el título de Basílica de Santa María la Mayor. (Hay cuatro basílicas mayores, las otras tres siendo: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros).   

En esta basílica el Papa proclamó a la Virgen como Reina de cielos y tierra. Se alberga aquí a la Virgen María, salvadora del pueblo romano «salus populi romani». En varias situaciones de gran necesidad se le ha sacado en procesión. En una ocasión acabó con la plaga en Roma.

Desde el comienzo de su pontificado el Santo Padre Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, salus, como testimonio de su gran devoción. El mismo Papa, el 8 de diciembre del 2001, inauguró otra perla preciosa de la basílica: el Museo, cuya estructura moderna y la antigüedad de sus obras maestras ofrecen al visitador un "panorama" único.
Se le llama también Iglesia de Santa María de las Nieves. Un mosaico sobre la entrada recuerda el milagro de la nieve.

Virgen con el Niño en Basil. Sta. Maria la Mayor

En Santa María la Mayor.
Reina de la Paz
Instalada por Pio XII
en agradecimiento por el final
 de la II Guerra Mundial
Aspectos de la Basílica
A través de los siglos, los Papas han considerado un honor y un privilegio el embellecer y adornar la basílica de Nuestra Madre Santísima. El carácter original de la capilla ha sido preservado, a pesar de la cantidad de decoraciones y mejoras que le han añadido. Los mosaicos de la parte cerca del altar y de las paredes de la nave, son de los más finos de Roma. Representan escenas de la vida de la Virgen María. El hermoso techo está decorado con el primer oro que trajo Colón de América.

La capilla del Santísimo Sacramento, construida por el Papa Sixto V, es una de las más espléndidas de Roma.
La Capilla Paulina fue construida por Pablo V para entronizar a la imagen de Nuestra Señora. Su riqueza de mármol, piedras preciosas y la iluminación hacen de ella la más rica de toda la ciudad y uno de los mejores monumentos del siglo XVI. En las Misas Solemnes hacen que caigan del techo pétalos de rosa blancos para simbolizar la caída milagrosa de nieve que indicó el sitio y el tamaño de la basílica. También representa las gracias que la Virgen sigue derramando sobre sus hijos. Es una costumbre conmovedora.

La fachada es una adición del siglo XVIII.
La Basílica es también conocida por otros nombres:

Iglesia de Santa María de las Nieves (por el milagro).
Basílica Liberiana, en memoria del Papa Liberio, que la consagró.
Iglesia de Santa María de la Cuna porque la basílica conserva lo que, según una tradición es un fragmento de la cuna del Niño Jesús, traída de Roma por Sta. Helena.

Martirologio Romano:
Dedicación de la basílica de Santa María la Mayor, construida en Roma sobre la colina del Esquilino, que el papa Sixto III ofreció al pueblo de Dios en memoria del Concilio de Éfeso, en el cual María Virgen fue proclamada Madre de Dios.

Esta festividad fue celebrada por el papa Sixto III, que se la ofreció al pueblo de Dios el 5 de agosto, era de carácter local hasta el siglo XIV, cuando se difundió la leyenda de la fundación de la basílica en el Esquilino en Roma, cuya planimetría sería trazada milagrosamente por la nieve en pleno estío romano. De ahí el nombre popular de Santa María de las Nieves. Fue llamada también "Beata María ad praesepe", cuando se difundió la voz que la basílica albergaba el pesebre de Belén.

Es la primera basílica dedicada a María, y es una de las cuatro basílicas mayores patriarcales, en cuanto ella representa al patriarcado de Antioquía y es la mayor iglesia mariana de Roma. 

Su construcción la inició el papa Liberio (366) en memoria de María "Theotokos". Dice un texto del Concilio de Éfeso: "Quiera Dios que todos nosotros reverenciemos y adoremos la unidad, que rindamos un culto impregnado de santo temor a la Trinidad indivisa, al celebrar, con nuestras alabanzas, a María siempre Virgen, el templo santo de Dios, y a su Hijo y esposo inmaculado". MEMORIA FACULTATIVA.