Una vida al Amparo de Nuestra Señora‏


En 1947, tras año y medio de revelaciones extraordinarias casi diarias, en las que Jesús mostró a la Madre Teresa lo que deseaba de ella, le enseñó una visión en tres partes simbolizando y resumiendo todo lo que le había dicho. (…)

En la primera escena de la visión, la Madre Teresa vio una multitud de pobres de toda clase, jóvenes y viejos (…); que le tendían la mano, pidiendo ayuda, para que les llevara al único Salvador – Jesús. (…)

En la segunda parte, María estaba en medio de ellos y Madre Teresa de rodillas junto a Ella. Madre Teresa miraba hacia los niños que sufrían y no podía ver el rostro de María, pero le escuchaba decir: “Cuídalos, son los míos, Acércalos a Jesús, llévales a Jesús. No tengas miedo. Enséñales a recitar el Rosario – el Rosario en familia, y todo irá bien. No tengas miedo - Jesús y yo estaremos contigo y los niños”.

Un poco más tarde, la Madre Teresa, vio nuevamente la multitud. Esta vez las personas estaban en la oscuridad. Ahí en medio de una multitud angustiada, que parecía no percibir su presencia, estaba Jesús en la cruz. María estaba delante de él (…)

Jesús le dijo: “Te lo he pedido. Ellos te lo pidieron, y ella, mi Madre te lo pidió. ¿Vas a rechazar cuidarlos y acercarlos a mí?

Estas tres visiones normaron la vida interna y externa de Madre Teresa por el resto de su vida…
Joseph Langford, MC