Nuestra Señora de Constantinopla

17 de febrero:
El abad Orsini escribió: "Nuestra Señora de Constantinopla, antigua sinagoga de los Judios, que fue convertida en una iglesia de la Santísima Virgen por el emperador Justino el Joven, en el año 566."

La advocación de Nuestra Señora de Constantinopla tiene su origen en antigua sinagoga de los Judios que fue convertida en una iglesia de la Santísima Virgen por el emperador Justino el Joven, en el año 566.

Alrededor de 1528, en medio de la peste, la Virgen de Constantinopla se apareció a una anciana, pidiéndole que se erigiera un templo allí donde había estado su imagen pintada en un muro de una iglesia sepultada.

La mujer fue creída porque la ciudad estaba al extremo de sus fuerzas por la peste. Excavaron y encontraron los restos de una antigua Iglesia dedicada a Santa María de Constantinopla y en una pared la imagen mariana. La Iglesia fue rápidamente reedificada y consagrada el 15 de agosto del mismo año.

La celebre imagen original fue considerada durante parte del Imperio Romano como la protectora de la ciudad y de todo el imperio de Oriente. Los emperadores la portaban a la cabeza de su corte triunfal, como indicador y guía de la “vía”, valorando de este modo el titulo de “Odigitria”

Actualmente, quedan pocos restos de la gran iglesia bizantina de Sainte -Marie -du- Rosaire, llamada Notre -Dame de Constantinopla, ya que posteriormente fue destruida .

En la década de 1930, Paul Schatzmann, un arqueólogo suizo, había hecho importantes descubrimientos, los que fueron completados posteriormente en 1990 por otro arqueólogo, Stephan Westphalen, de origen alemán. No sabemos mucho sobre el pasado bizantino del edificio, sólo se sabe con certeza que la iglesia fue trasladada por los dominicos en 1475, y tomó el nombre de Nuestra Señora de Constantinopla , y después, la de Santa María del Rosario.

En 1640, el templo en honor a la Virgen de Constantinopla fue convertida en una mezquita en el nombre del Kemankes, entonces odalar Camii. Gran parte de la subestructura se había reconstruido antes del incendio ocurrido en 1919, que llevó a su eventual abandono.

A pesar de las afanosas búsquedas realizadas por los dos arqueólogos, no es fácil tener una idea muy clara de la escala del edificio y sus dependencias. Sin embargo , la proximidad de la mezquita Kasim Aga, que también tiene estructuras bizantinas, y Aecio ( Ipek Bodrumu ) sugieren que la iglesia pertenecía a un gran monasterio, cuyo nombre sigue siendo desconocido.

Desde el punto de vista de los dos arqueólogos, los cimientos de la iglesia datan desde el siglo VII , pero la forma final de la iglesia se dio tras el incendio de 1203. Después de la reconstrucción y la expansión de la iglesia en el siglo XIII, los cimientos de la antigua iglesia se utilizaron como un mausoleo, mientras que dos capillas ligeramente asimétricas se añadieron en el ábside. Parte de la antigua iglesia se llenó para la construcción de la nueva iglesia con planta de cruz griega. Nada hace pensar que la subestructura del segundo edificio fue originalmente una capilla funeraria, ya que su función principal era proporcionar una base para una iglesia monumental. Al parecer, la subestructura se utilizó gradualmente para las tumbas de los fieles.

En la parte superior, hay pinturas de la vida de la Santísima Virgen que data de los siglos XI y XII. Los fragmentos de los frescos se han descubierto en varias paredes. En la pequeña sala central de la cripta, una Virgen coronada rodeada de ángeles sugiere que una reliquia mariana una vez pudo haber sido consagrada aquí .

LA ODIGITRIA EN NÁPOLES

Se cuenta que entre 1527 y 1528 (periodo en el cual la ciudad era amenazada por la peste), la Virgen de Constantinopla apareció a una señora anciana, pidiéndole que se erigiera un templo allí donde había estado su imagen pintada en un muro; el templo se levantó en aquella época, y pasó a ser uno de los principales centro de devoción de la ciudad.

Para comprender esta aparición mariana es necesario partir de lejos y precisamente de la ciudad de Constantinopla, capital del Impero Romano de Oriente, de Constantino el Grande, a caballo del Bósforo y del Corno de Oro, sobre el lugar de la antigua Bizancio. La ciudad tenía un culto particular por la Madre de Dios la Virgen Theotokos, del cual no era extraña la madre de Costantino, la emperatriz Elena.En el siglo V había en Constantinopla tres basiliquetas marianas. La imagen venerada en una de ellas, en Odeghi, representaba a la Virgen con el niño en brazos.

La denominación Odigitria, de odos, “via”, significa “palabra que indica el camino” y el nombre deriva del hecho que los soldados (odigoi) se llegaban a este monasterio a rezar, igual que a otro de la vía de la ciudad imperial, Iglesia que era llamada popularmente “de la guía”, y que conservaba una imagen similar, venerada como obra del evangelista Lucas. Sucesivamente adquirió un significado personal a causa de la posición del brazo de María que indica al Hijo como la vía “camino, verdad y vida”.

Esta celebre imagen fue considerada la protectora de la ciudad y de todo el imperio de Oriente. Los emperadores comenzaron a portarla a la cabeza de su corte triunfal, como indicador y guía de la “vía”, valorando de este modo el titulo de “Odigitria”.

Para el incremento del culto en Constantinopla contribuyó la emperatriz Pulcheria que desarrolló una devoción particular a la Madre de Dios los días martes: esto porque la definición dogmática de la Divina Maternidad parece que sucedió el martes, por eso, en los sucesivo se traslada a Pentecostés, que por intercesión de la Madonna, el pueblo de Constantinopla habría tenido una victoria sobre los persas que habían sitiado la ciudad.

El tipo iconográfico de Santa María de Constantinopla, muestra la ciudad de las torres y los muros llenos de llamas, lo que algunos historiadores describieron como un imponente incendio, como consecuencia de un ataque sarraceno.

NUESTRA SEÑORA DE CONSTANTINOPLA EN NAPOLES

La lucha iconoclasta del 700 y la captura de Constantinopla por parte de Mohammed II en el 1453, determinaron la importación de la imagen querida al pueblo cristiano de Oriente al territorio de la Italia Meridional.

No solo tradición, costumbres litúrgicas y arquitectura bizantina hicieron sentir su propio influjo, insertándose en la cultura histórica y popular del Sur. La devoción de la Imagen de la Madonna de Constantinopla se desarrolló en varios centros de Puglia (Bari, Acquaviva delle Fonti), Abruzzo y Molise (Ortona y Portocannone), Campania (Ischia, Terranova y Felitto).

Precursora de la veneración a la Madonna de Constantinopla fue la ciudad de Nápoles en un contexto histórico y social caracterizado por la guerra y la peste.

El periodista Gregorio Rosso escribe que en “el año 1528 fue muy infeliz para toda Italia, particularmente para nuestro Reino de Nápoles porque cayeron tres flagelos de DIOS: guerra, peste y hambre”. Los napolitanos, presas del pánico, organizaban procesiones de penitencia, y el virrey invitó al pueblo a reunirse a orar en la Iglesia”.

Contemporáneamente en el 1528, el vizconde de Lautrec, informado de la dificultad de Nápoles concerniente al hambre y a la sed, marchó sobre Nápoles. Pero la peste hizo un verdadero exterminio de la tropa de Lautrec. Los restos fueron entregados a la armada francesa el 8 septiembre de 1528, día de la Natividad de María.

Nápoles fue liberada del enemigo externo, pero continuaba presa del terrible enemigo interno; la peste que no cesaba de provocar muerte y luto. La epidemia perduraba y atacó con mayor violencia en el mes de marzo. Pero sorpresivamente, el flagelo dio señales de desaparecer.

El periodista Rosso lo atribuyó a la intervención de la Madonna, como el fin de asedio, así quedó purificado de aquella peste:

“En el mes de junio del año 1529, el tercer día de Pascua Rosada (martes de Pentecostés), fue encontrada al lado del muro de la ciudad de Nápoles una imagen de la Madonna Santísima Madre de Dios, por revelación de una viejecita, que habitaba vecino a ella, a la cual le fue prometido por la Madre de DIOS el fin de la peste, como sucedió en efecto; y por consiguiente la Ciudad de Nápoles dio principio a la edificación de una Iglesia dedicada a la Imagen, con lo titulo de Madonna de Constantinopla, y se espera, que la proteja de dicho morbo que pueda venir en tiempos futuros. Y no solamente la Madonna de Constantinopla liberó Nápoles de la peste, sino también de la guerra…”.

“Alégrate, oh Hija, porque se ha aplacado la ira de mi Divino Hijo; lleva esta buena nueva a todos los ciudadanos afligidos. Dirás, de parte mía, que en honor a la gracia que vino acá a la tierra, encontrarán una pintura mía oculta debajo de las ruinas de una antigua capilla. Aquí deseo que, en honor de Mi Hijo Jesús y a Mi Nombre, sea edificada una Iglesia, donde honrándome me haré conocer como la piadosa abogada”.

La viejecita fue creída rápidamente porque la ciudad estaba al extremo de sus fuerza por la peste. Efectuada la excavación, se encontraron los restos de una antigua Iglesia dedicada a Santa María de Constantinopla y en una pared la imagen mariana. La Iglesia fue rápidamente re edificada y consagrada el 15 de agosto del mismo año.

LA IMAGEN


La imagen de la Virgen es de inspiración claramente bizantina: el fresco fue puesta sobre una tabla de mármol de un manierista napolitano a fines del 1400.

La Virgen es representada a medio busto, sobre una nube, en el acto de llevar sobre la diestra al Niño Jesús, que lo tiene sobre su pecho.

Usa una blusa roja y un manto azul que envuelve toda la cabeza de cabellos rubios. Detrás en lo alto, dos ángeles tienen sostenida una cortina verde que da fondo a la Virgen y a dos personajes que la flanquean: San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

Debajo, dos ángeles en el acto de llevar la nube que divide la visión celeste del panorama de la ciudad de Constantinopla presa de las llamas, sobre la cual dos pequeños ángeles tiran agua desde dos ánforas.

Engenio Caracciolo, historiador napolitano del 1600, se refiere con seriedad documentaria, que la Iglesia de Santa María de Constantinopla en Nápoles era “de grandísima devoción y no solo el día de su festividad, sino todos los martes del año concurría todo Nápoles, y buena parte de esa gente se abstenía de comer carne. La fiesta principal del titulo con grandísima solemnidad si celebra el primer martes después de Pentecostés con extraordinaria concurrencia de pueblo”.

LA IGLESIA


La Iglesia de Santa María de Constantinopla se erige en Nápoles sobre la vía homónima.

La construcción de la Iglesia, con un monasterio femenino anexo, fue iniciada sobre una capilla preexistente en el 1575, pero el edificio fue terminado en 1586 y en el primer año del siglo XVII comenzó a asumir la forma actual gracias a la intervención del arquitecto dominico Fray Nuvolo.

La fachada tiene tres portales (1633), en un tiempo la Iglesia tenía tres naves, pero con una reforma fueron suprimidas para preservar un gran recinto rectangular; la cúpula presenta baldosas mayolicas. Lo externo está caracterizado por una fachada a dos niveles en la cual sobresale un tímpano triangular.

El interior está formado de una sola nave y cinco capillas laterales con decoración es estuco blanco de Domenico Antonio Vaccaro

La primera capilla derecha conserva una bella tabla del 500, de la Madonna de la Puridad; en la cuarta capilla está el Martirio de San Bartolomé del pintor flamenco Aert Mytens.

Un interesante taraceado policromo y madreperla constituye el Monumento fúnebre para el médico G. Bartiromo, puesto al lado de la tercer pilastra derecha de la nave; sobre el lado opuesto, esta el Busto de Girolamo Flerio, monumento fúnebre de un benefactor de la Iglesia.

El altar mayor ocupa el coro en toda su grandeza, proyectado por Cosimo Fanzago, en mármol policromo. Al centro de la cornisa marmórea, esta el fresco quattrocentesco de Santa María de Constantinopla coronado con un relieve del Eterno Padre y las dos estatuas de San Rocco y San Sebastián puestas sobre las dos puertas laterales.


El ábside tiene un fresco de Belisario Corenzio con la aparición de la Virgen y San Juan suplicando a la SS. Trinidad de liberar Nápoles de la peste.