Nuestra Señora de Bourbourg

14 de Febrero
Juan Froissart, nacido sobre el año 1330, era un hombre dedicado a la literatura. En sus famosas crónicas se dirige a un público caballeresco y aristocrática; según sus propias palabras, se dedicó a "las empresas honradas, aventuras nobles y los hechos de armas, realizados en las guerras entre Inglaterra y Francia". Su historia es una de las fuentes más importantes de la primera mitad de la Guerra de los Cien Años y de ciertos acontecimientos de la época, como las batallas de Crecy y de Poitiers y el Inglés Revuelta Campesina de 1381. También, Froissart fue testigo de los milagros de Nuestra Señora de Bourbourg que ocurrieron en el año 1383.

El Rey de Francia llegó a Bourbourg sabía que la región estaba amenazada por bretones, borgoñones, normandos, alemanes y otros.

Tal como se temía, la ciudad fue atacada:
ardieron las casas de Bourbourg por las flechas incendiarias y cañones. Luego de la masacre, los franceses asistieron a los enfermos y enterraron a los muertos, sabiendo que al día siguiente iban a renovar el ataque. Mientras tanto, los ingleses trabajaban en la extinción de los incendios en el poblado y se sentían en peligro.

El duque de Bretaña aprovechó para negociar con los ingleses, aconsejándoles abandonar la ciudad para así salvar sus vidas y riquezas. El Rey de Francia respondió que, en nombre de Dios, aceptaría un tratado, a pesar de la oposición de los bretones, franceses, normandos y borgoñones.

El Rey de Francia, junto a su ejército, entró en Bourbourg un jueves por la mañana. Los bretones comenzaron a saquear, sin exceptuar siquiera a la iglesia de San Juan. 

En esa iglesia un saqueador de pie trepó a un altar con la intención de robar una piedra preciosa que estaba en la corona de la imagen de Nuestra Señora. Cuando llegó a robar la piedra, la imagen de repente se dio la vuelta, y el saqueador en su espanto cayó del altar y fue herido de muerte al instante. Varias personas fueron testigos de ello. Poco después, otro saqueador vino con la intención de profanar la imagen, y fue que todas las campanas empezaron a repicar sin que nadie las tocara

A causa de estos milagros, la iglesia fue visitada por grandes multitudes. El Rey hizo un hermoso regalo a la iglesia al igual que todos los señores, por lo que el monto de sus regalos fue más de tres mil francos.

traducido por mallinista
(fuente: www.roman-catholic-saints.com)



Notre-Dame de Bourbourg

es la reina indiscutible de las parroquias de Flandes. Una devoción secular vuelta casi torpe pero cuyo origen queda no obstante incierto, o casi, ya que con la evangelización de esta región de Flandes, los fieles han sido inspirados en volverse hacia Notre-Dame.

A pesar del tiempo y de sus incertidumbres, este culto devuelto a Maria permanece vivaz y numerosos son las y los que todavía se hacen en nuestros días a la iglesia Santo Jean el bautista de Bourbourg con el fin de recogerse un instante delante de este objeto tan precioso y tan particular que es el Relicario de Notre-Dame de Bourbourg. Cirios o velas , tanto como oraciones acompañan por otra parte sin fallar los gestos de fe de estos peregrinos

El Relicario de Notre-Dame esta en una sencilla caja dorada cuya historia merece ser contada con el fin de consolidar esta cadena larga de fe local. Hoy, el objeto sagrado evolucionó. Se puso más hermoso pero desde el 1383, ni su simbología, ni hasta su energía perdieron su intensidad. arrodillandose frente a este Relicario de Notre-Dame de Bourbourg, el fiel perpetúa gestos en práctica casi desde hace siete siglos. Los siglos pasaron y aunque el culto en Notre-Dame considerablemente se haya modificado, los peregrinos saben que en otoño, cada año, la novena es para ellos la ocasión de reanudar con la tradición, la que les ve volverse con fervor y confianza hacia esta madre del cielo que en Flandes marítimo se designa como Notre-Dame de Bourbourg. 

Esta madona cuyo milagro se evoca desde el siglo XIV . Los vitraees de la iglesia evocan los acontecimientos. Los vitrales y los gobelinos fueron reacondicionadas en 1960, ya que habian sido destruidos en un incendio en 1940. asi que desde que el peregrino entra en el Santuario ve el vitral que muestra el atentado perpetuado contra la estatua de Notre-Dame de Bourbourg, que habia sido inaugurada un dia de Pascua de 1803.

Hoy, el objeto sagrado evolucionó. Se puso más hermoso desde el 1383, ni su simbología, ni hasta su energía perdieron su intensidad.