Nuestra Señora de Boulogne-Sur-Mer

20 de febrero:
La Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción se encuentra en las murallas de la antigua ciudad de Boulogne-sur-Mer, en Francia. Fue declarada monumento histórico en 1982.

Fue la sede de un antiguo obispado, de la que esta iglesia fue la catedral de la diócesis de Boulogne-sur-Mer que existió entre 1566 y 1801 (año en el que se disuelve para ser construido en su totalidad en la diócesis de Arras). La Diócesis de Boulogne correspondía a un territorio que se extiende a Etaples, Montreuil, Hesdin, Saint-Pol-sur-Ternoise y Calais.

Historia
La tradición relata la llegada de una estatua milagrosa de la Virgen en la orilla Boulogne en el año 639 esto dio un importante impulso a la devoción mariana que encontró su pleno desarrollo en la Edad Media.

El primer santuario fue sustituido en 1100 por una abadía construida por Ide de Lorena , esposa del conde de Boulogne Eustace II y madre de Godofredo de Bouillon.

Boulogne se convirtió en un gran centro de peregrinación tan extensa, entre los que se destacaron los reyes de Francia e Inglaterra, quienes también se acercaron a venerar a Nuestra Señora de Boulogne.

La gran afluencia de peregrinos convirtieron a este templo en un prestigioso edificio. Fue destruido en 1798, y se convirtió en propiedad de la nación francesa. En 1827, el Padre Haffreingue lideró los esfuerzos para reconstruirlo, haciéndose planes para dirigir el trabajo. La estética del nuevo edificio tiene su origen en el estilo neoclásico , popular a principios del siglo XIX, el nuevo edificio se distingue por la alta cúpula (unos 100 metros) que domina sus partes orientales.

En marzo de 1885, el Papa León XIII autorizó la coronación solemne de Nuestra Señora de Boulogne. La celebración  tuvo lugar el domingo siguiente, 23 de agosto bajo la presidencia del Obispo Di rendimiento, Nuncio Apostólico.

La iglesia fue construida sobre unas grandes criptas de Francia.Aun se puede visitar la cripta del Siglo XII, redescubierta durante la reconstrucción.

 Un tesoro de arte sacro se mantiene, incluyendo el santuario de la Santa Sangre, ofrecido en 1308 por Felipe el Hermoso, es el objeto más visible.

traducido por mallinista
(fuente: fr.wikipedia.org)

Notre Dame de Boulogne o del Grand Retour. Francia. (10 de Julio)

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Su origen se remonta al siglo VII. Por el año 636, en tiempos del rey Dagoberto, San Omer era obispo de esta región.

Un día, al caer la tarde, los habitantes de Boulogne-sur- Mer, en el extremo norte de Francia, estaban reunidos en una capilla cubierta de juncos y ramas, situada en la parte alta de la ciudad, cuando la Madre de Dios apareció y le dijo a los fieles que se dirigieran hacia la ribera donde les esperaba una visita maravillosa. Ellos fueron hacia el lugar señalado y ahí encontraron una barca sin velas, ni remos, ni mástiles, y sin marineros que la pudiesen haber traído, sobre la cual esta posada una piadosa imagen de la Virgen hecha en madera, aproximadamente de un metro de altura con el Niño Jesús el cual sostenía con el brazo izquierdo.

Ambos destellaban una luz extraordinaria con una impresión de calma, de paz, y de felicidad.
La devoción que surgió alrededor de esta imagen fue transformando poco a poco aquel lugar en un centro de peregrinación. A él concurrían personajes como San Luis IX, rey de Francia, o San Bernardo de Claraval. En el S. XIII era un lugar de peregrinación del tamaño actual de Lourdes.

Por el año de 1.100, Santa Ilda, Condesa de Boulogne, empezó la construcción de un santuario que sólo fue concluido unos 200 años más tarde.

A partir de los siglos XII y XII, los peregrinos afluyen a Boulogne que se convierte en una etapa en el camino hacia Santiago de Compostela. En Boulogne se detienen cuando vienen de Inglaterra o de Bélgica, o cuando suben de España o de Italia. Hay numerosos testimonios del paso de célebres peregrinos: Lanfranc, arzobispo de Canterbury, San Bernardo, que vino del Medio Oriente, hacia 1050, el obispo de Antioquia y el del Monte Sinaí. Luego en el siglo XIII el rey Felipe Agusto, San Luis, Enrique III de Inglaterra, Francisco I y muchas curaciones se dieron por intermedio de Nuestra Señora de Boulogne.



Luego en 1553, el emperador Carlos V manda arrasar Thérouanne, a 20 km. de Boulogne, donde estaba el obispo de la región. El obispo viene a residir a Boulogne y la iglesia se convierte en catedral (sede de un obispo). Pero el siglo XVI es el siglo de las guerras de religión. En Boulogne, los Hugonotes se ensañan contra la catedral, quiebran los vitrales, queman los enmaderados y sobre todo tratan, en vano, de romper y de quemar la Imagen. Esta es finalmente lanzada entre un montón de estiércol y luego en un pozo. La esposa de Huguenot, que era muy piadosa, la saca secretamente del pozo y la esconde en su desván donde permanecerá más de 30 años antes de volver a la catedral. 

Estaba en muy mal estado, pero en seguida comienzan los milagros y prueba su autenticidad. En 1630, Monseñor Le Bouthiller reconstruye la catedral.
La catedral pasa por diversas vicisitudes hasta que durante la revolución francesa (1789), iglesias y conventos fueron declarados propiedades del Estado. El mobiliario fue vendido y destruido. La estatua fue quemada en 1793. La mano derecha, que se había desprendido antes, es el único vestigio de la estatua original. (se conserva un trocito en un relicario bajo el domo). La catedral sirvió de arsenal, de depósito, y después fué vendida a traficantes extranjeros en la ciudad, demolida y vendida piedra tras piedra.

A partir de 1820, el abad benedictino Haffreingue consagra su vida a la reconstrucción de la catedral, de la cual él mismo será el arquitecto, inspirándose en la Catedral de San Pablo de Londres y en las grandes basílicas romanas. Agathon Haffreingue, Benedictino, profesor en una escuela cerca de la Catedral, pasando por sus muros en ruinas, siente como una llamada a reunirse con ellos. Con el dinero donado por su familia, compró la tierra y los escombros de la catedral y construyó una pequeña capilla para su Colegio.

Un generoso donante da una suma de 48.000 Francos, doblándolos unos pocos meses más tarde. A partir de este momento, la opinión pública se moviliza y los fondos procedentes de toda Francia e incluso Inglaterra comienzan a llegar. Las Peregrinaciones se reanudan. Las donaciones fluyen.

 El emperador Napoleon III donó 1000F. Una dama inglesa donó el altar de la capilla axial. La donación más notable es el altar mayor, una ofrenda Real de la Princesa Torlonia, con 147 diferentes tipos de mármol de todo el mundo. El costo, en 1860, era de medio millón de francos y los artistas trabajaron por más de 10 años. Su plantel de construcción emplea a 160 obreros a cuyos trabajos él se unía con el mayor gusto. Quería que la pudieran ver desde Inglaterra y que fuese como una oración permanente elevada hacia el cielo.

En el exterior de la catedral, delante del atrio, se puede leer bajo el portal central “A domino factum est”: esta es la obra del Señor.

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La capilla axial es la 1ª que el padre Haffreingue construyó. Al fondo, Nuestra Señora, coronada, de pie en el barco, rodeada por 2 ángeles. Estos ángeles acompañan a la Imagen a su llegada a puerto. Los vitrales: a la izquierda, San Luis de rodillas en frente de Nuestra Señora, en el otro lado, Santa Ide y sus 3 hijos: Eustaquio III, Godefroy de Bouillon y Balduino de Jerusalén.

La nave consta de 6 tramos, terminados en cúpulas, decoradas con frescos. En 1921, la nave se derrumbó y fue reconstruida, pero los frescos no fueron repintados. El mausoleo del obispo Haffreingue es el trabajo de un escultor regional, el señor Duthoit. El púlpito de roble tallado proviene de un convento de la parte baja de la ciudad. Fue donado por el Sr. Bouthors que lo compró durante la revolución.

Cinco años de misión popular
En 1938 se celebró en la ciudad un congreso mariano durante el cual Francia fue consagrada solemnemente al Corazón Inmaculado de María. En 1942, el Papa Pío XII consagró a Él la humanidad entera. Seguidamente, las autoridades eclesiásticas francesas renovaron la consagración de Francia, anteriormente realizada.

Tras el rastro de esas gracias, cuatro copias de la imagen de Boulogne-sur- Mer salieron de peregrinación por el país, en 1943, recorriendo durante cinco años todas las direcciones de la tierra de San Luis y avivando un movimiento de oraciones, de penitencia y de encendido fervor que sólo pudo haber sido inspirado por el Espíritu Santo.

Ese movimiento fue denominado Grand Retour , debido a sus objetivos inmediatos: obtener de la Medianera de todas las Gracias el retorno de los casi un millón de soldados franceses que continuaban como prisioneros de guerra, el retorno de la paz, el retorno de la libertad y, lo que más importaba, el retorno de la Fe. El sufrimiento hacía que las almas se volvieran hacia Dios, a la búsqueda de auxilio y consuelo.

Lo que en realidad se hizo fue una fervorosa y conmovedora misión popular de cinco años. Las cuatro imágenes recorrieron un total de 120 mil kilómetros, visitaron 16 mil parroquias de 88 diócesis francesas. Fueron años de extraordinarias manifestaciones de entusiasmo y de piedad mariana. En cualquier sitio a donde llegaba una de las imágenes, era acogida por una vibrante muchedumbre de Fe y devoción.
Y cuando salía dejaba como fruto de su paso conversiones, milagros y una alegría rebosante y generalizada.

El lema del “GRAN RETORNO”, de 1943 a 1948, fue la “RECONCILIACION ENTRE LOS PUEBLOS”.
Recordemos que en 1943 la tierra padecía las horribles consecuencias de la guerra mundial.

En Francia, invadida y humillada, miles de familias sufrían la angustia de tener algún pariente muerto, prisionero o desaparecido. Cabizbajos, los franceses veían a las tropas extranjeras marchar ufanas en medio de sus ciudades semidestruidas por los bombardeos enemigos. Aflicción y amargura imperaba en los espíritus.

Sin embargo, en medio de tanta desolación, surgió de improviso en el horizonte un luminoso rastro de esperanza. Una tras otra, varias ciudades comenzaron a engalanarse como para una gran fiesta: en las casas, cogaban de las ventanas tapices y arreglos florales de variados colores.

Graciosas guirnaldas sostenidas por postes se levantan en las calles, sin hablar de las innumerables banderas blancas y azules que ondeaban, casi al ritmo de la música ejecutada por la banda local. Las costureras preparaban apresuradamente los últimos detalles de la ropa de ceremonias de los niños. En estos preparativos generales, ni los hombres se quedaban al margen: se ponían de acuerdo entre ellos para ir al bosque a traían pintorescos arbustos para adornar las esquinas de las calles.

Regocijo y expectativa reinaban en muchas ciudades francesas, presagiando algo grandioso… Pero, no nos olvidemos que esto pasa durante las tragedias de la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué es lo que habrá hecho que las personas olviden por unos momentos sus dolores? ¿Quién será objeto de tanto homenaje?
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Una celestial visitante
“¡Ella ya está llegando…! ¡Allí está!” —son los gritos que anunciaban el gran acontecimiento. Un aparatoso cortejo entró por las puertas de la ciudad.
Los fieles entonaban algunos cánticos a pleno pulmón. Todas las miradas se volvían hacia unas andas que se aproximaban… Por su formato, se parecía más a una barca. Una pequeñita barca sobre una carreta tirada por caballos adornados con cintas multicolores.

Sobre esta singular embarcación, que parecía navegar sobre el pavimento de las calles, se avistaba una sencilla, aunque conmovedora imagen de la Santísima Virgen. Tras haber recorrido el pueblo, fué recibida con grandes celebraciones en la iglesia parroquial, donde permaneció durante toda la noche en vigilia con los feligreses.
¿Qué Virgen es ésa? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué atrae tanto en torno suyo a las multitudes?
Es Nuestra Señora de Boulogne!!!!

Curaciones físicas y espirituales
Innumerables hechos marcaron esos cinco años de peregrinaciones.
Se cuenta, por ejemplo, que una niña, arrodillada y con los brazos abiertos en cruz, rezaba durante un largo tiempo ante la maternal imagen.

¿Qué era lo que tanto suplicaba?
Deseaba ardientemente volver a ver a su querido padre, que hacía varios años había ido a la guerra y nunca supo más de él. Y fue atendida: al llegar a su casa, allí estaba él recibiéndola cariñosamente.

Narran también el caso de un herrero que golpeaba vigorosamente su yunque durante la procesión con el objetivo de boicotear esa “estupidez”.
Bastó con que las andas de la Virgen se detuviera unos instantes delante de su casa para que, arrepentido, se uniese a la romería…

Asimismo, notaron que una persona que acompañaba el cortejo iba de mala gana. Malhumorado, con los puños cerrados, como si estuviera bajo el efecto de una misteriosa acción, decía para consigo mismo: “¡Esta Virgen es arrebatadora!¡Es arrebatadora!”
Y cuando la procesión llegó a la iglesia, se dirigió inmediatamente al confesionario.

También hubo curaciones físicas, pero eran superadas por las espirituales.

Por donde pasaba una imagen, las iglesias quedaban repletas; muchos acudían al sacramento de la Penitencia y regresaban a la práctica de la Religión, abandonada durante años. Un párroco relató que, antes de esa gracia, no veía a ningún hombre rezando en su iglesia; después de la peregrinación, afluían cuantiosamente.

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Nuestra Señora del “Grand Retour”
A raíz de esas gracias, Notre Dame de Boulogne pasó a ser conocida como Nuestra Señora del Grand Retour.

Y la renovación espiritual que Francia experimentó en aquellos cinco años, demostró muy bien cómo María jamás se olvida de nadie, velando por cada uno como si fuese su único hijo. Con su Sapiencial e Inmaculado Corazón latiendo de ansiedad y santa prisa, Ella aguarda nuestro retorno a la casa paterna para acogernos, purificarnos y llenarnos de dones.

A la Virgen Santísima bien pueden ser aplicadas estas palabras del libro de la Sabiduría: “La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan.
Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta”.



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