Palabras de la Virgen María Rosa Mistica:
" …Pierina, insiste en pedir que al acompañar mi peregrinación, se invoque de manera especial al Arcángel San Rafael. Yo misma vendré con las gracias del Cielo." (San Rafael es el arcángel de la sanación, del consuelo y del rechazo de los ataques del demonio.) (12/8/1974)
"Anuncia a todos que, que concedo mi gracia copiosamente a quienes han cumplido mi petición acerca de la Comunión Reparadora. A las personas que van para honrarme a la fuente que Yo bendije, que atiendan mi deseo de rezar el rosario. Yo misma iré con los ángeles del Cielo y ofreceré al Señor esas oraciones. Tantos corazones unidos en un solo amor, también laten al unísono y estrechan al Cielo con la Tierra. !Cuantísimas gracias descienden allí. Todo lo veo y lo bendigo!." (12/12/1968)
"Implorad especialmente la protección del Arcángel San Miguel para que defienda a la Iglesia de todas las asechanzas de sus enemigos." (8/9/1974)
Preguntándole Pierina sobre el coro que escuchó en la aparición del 13/1/1951, la Santísima Virgen le respondió: "Verdaderamente eran los santos ángeles. Feliz el hombre que se encomienda a su Ángel Custodio y sigue sus inspiraciones , porque el Ángel de la Guarda prodiga un gran cuidado al alma que se le ha confiado; y cuando ella recibe como premio la celestial bienaventuranza, él sale a recibirla y en unión suya y de los coros angélicos, entona las alabanzas divinas en el júbilo del Dios Omnipotente y Padre del Cielo."
Pierina continua su relato: "Mientras la Virgen hablaba, se abrió repentinamente el manto de la virginal Madona y se desplegó tanto como el anchuroso firmamento. Pude contemplar millares de ángeles que se extendían en grupos como conformando el manto. Los había pequeños, grandes y poderosísimos en toda la lejanía que semejaba un mar sin riberas. Llevaban espléndidos vestidos, se cenían con bellísimas coronas y diademas y portaban toda clase de preciosos símbolos; ellos ensanchaban el manto por el infinito espacio. Abajo, en una gran llanura había una gran multitud…. Todos juntos ángeles y hombres cantaban a coro: "!Santo!, …!Santo!… !Santo!… es el Señor! Amor, Gloria y magnificiencia a Él por todas las eternidades!… ! María, Madre de Dios, Madre de la Gracia, también a Ti te glorifiquen para siempre los cielos y la Tierra." (29/6/1974)
"… Me acompaña, entonces, una multitud de ángeles que alaban al Señor. A dondequiera que voy como Virgen Peregrina y soy invocada y se reza tanto, mi Divino Hijo Jesucristo hace descender del Cielo gracias especiales sobre las almas". (31/8/1975)
… entonces, con indescriptible armonía, coros angélicos entonaron salmos y ensalzaron a su Reina: "María, Madre de Dios, Madre de la Gracia, sea glorificada por todos los hombres y por todos los tiempos ." (13/1/1951)
LOS ÁNGELES
Los ángeles son mensajeros de Dios. Nos ofrecen ayuda, guía y protección celestial. No hacen milagros, los milagros vienen de Dios, pero sí interceden y llevan nuestros mensajes al Señor, y el Señor nos envía mensajes a través de ellos. Los ángeles nos ayudan siempre, pero NO ACTÚAN por nosotros. Nosotros tenemos libre albedrío. Nosotros escogemos, decidimos los caminos propuestos.
La primera oración que oímos, que aprendemos cuando niños, es la oración al Ángel de la Guarda. Sin saber por qué, confiamos y creemos en esa oración. Nos entregamos a nuestros sueños confiados en que ese ángel está allí. Tenemos una fe que nadie nos enseña, una fe que nace de nuestra inocente y pura conciencia. Es una fe verdadera, también inocente y también pura. Al pasar los años seguimos creyendo en él. Volvemos a repetir esas oraciones a nuestros hijos, lo invocamos inconscientemente. ¿Cuántas veces no nos hemos dicho: "¿Cómo pudo pasar esto si...?" "Esto si es una casualidad", "¿Por qué esa persona me ayudó?"... ¿Cuántas veces no hemos escuchado una voz interior, un pensamiento, hemos tenido una intuición que ha cambiado el curso de lo que íbamos a hacer o decir?. ¿Cuántas veces no hemos tenido un impulso, un presentimiento? Luego que actuamos nos hemos dicho...:" yo lo presentía, yo supe que eso sería así".
Pues bien, muchas veces no pensamos en un por qué, sino que fue así y ya. Esos mensajes en forma de pensamientos, intuiciones, presentimientos, son hechos que vienen de Dios a través de sus más cercanos colaboradores: los ángeles.
Los Arcángeles
Los arcángeles podemos considerarlos como los grandes protectores de la humanidad. La palabra arcángel viene del griego que significa "ángeles jefes", estos son espíritus puros que poseen inteligencia y dones sobrenaturales de la gracia. Conocen por intuición y de una manera superior a como lo hace el ser humano. Los arcángeles, como mensajeros de Dios, tienen la misión de anunciar cosas de gran trascendencia. La Biblia nos habla de la existencia de tres espíritus que fueron creados por Dios para servicios especiales.
Arcángel Miguel
ORACIÓN A SAN MIGUEL
Príncipe de los ejércitos celestiales, vencedor del dragón infernal, recibiste de Dios la fuerza y el poder de aniquilar, para la humanidad la soberbia del príncipe de las tinieblas. Te suplicamos insistentemente, alcánzanos la verdadera humildad de corazón, la total fidelidad en el continuo cumplimiento de la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y en la necesidad. Socórrenos, para que no desfallezcamos al comparecer ante el trono de la justicia de Dios!
Arcángel Gabriel
A Gabriel se le identifica como el ángel que está en la presencia de Dios: "Yo soy Gabriel el que está delante de Dios y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena nueva". (Lc. 1.19) El arcángel Gabriel se aparece a los hombres para transmitirles la palabra divina y se presenta siempre como portador de gratas noticias. El encargo más hermoso de todos que llevó San Gabriel, fue el de anunciarle a la Virgen María que había sido escogida por Dios para ser la Madre de su Hijo y la Madre de la Iglesia. (Lc.1, 26-39)
ORACIÓN A SAN GABRIEL
Angel de la encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos, hasta para las más leves amonestaciones y toque de la gracia del corazón de nuestro Señor. Permanece siempre con nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra de Dios, sigamos sus inspiraciones y cumplamos dócilmente lo que Dios quiere de nosotros, haz que siempre estemos preparados y vigilantes, para que, cuando venga el Señor, no nos encuentre dormidos.
Arcángel Rafael
ORACIÓN A SAN RAFAEL
Te pedimos, Mensajero del amor de Dios, hiere nuestro corazón de amor ardiente. Haz que nunca sane esta herida, para que, también en la vida de cada día, perseveremos siempre en el camino de la caridad y por el amor seamos victoriosos en todo.
Oraciones a los Ángeles
ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel de mi Guarda, dulce compañía no me desampares, ni de noche ni de día; no me dejes sola que me perdería.
SANTOS ÁNGELES DE DIOS
Oh, Santos Ángeles de Dios, que ven a Dios y hacen su Voluntad, interceded por nosotros ante la Santísima Trinidad y ante María, Reina de los Ángeles.
Gracias por la protección y los cuidados que nos brindan en la vida. Protegednos también en la hora de la muerte.
Coros Celestiales, ayudadnos a dar Gloria a Dios en nuestras vidas. Que podamos conocerle, amarle y servirle fielmente. Que podamos practicar nuestra Fe y tengamos la valentía para sostenerla.
Alejad de nosotros todo peligro físico y espiritual. Proteged nuestras familias, nuestros hogares, y a nosotros mismos.
Les rogamos su ayuda para hacer la Voluntad de Dios, aceptar su Voluntad como lo mejor para nosotros y confiar en su paternal cuidado.
Que los nueve Coros de Ángeles alaben y glorifiquen a Dios.
Que los Serafines glorifiquen el Amor de Dios.
Que los Querubines glorifiquen la Perfección de Dios.
Que los Tronos glorifiquen la Misericordia de Dios.
Que las Dominaciones glorifiquen la Sabiduría de Dios.
Que los Poderes glorifiquen la Justicia de Dios.
Que las Virtudes glorifiquen la Santidad de Dios.
Que los Principados glorifiquen el Poder de Dios.
Que los Arcángeles glorifiquen la Obra de Dios.
Que los Ángeles glorifiquen el Cuidado Paternal de Dios.
Demos gloria y alabanza a Dios en la Santísima Trinidad.
Alabado sea Dios en sus Ángeles y sus Santos. Amén.
CORONA DE SAN MIGUEL
Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia d'Astonaco. El Arcángel le dijo a la religiosa que él deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de Angeles. Consiste la Corona de un Padre Nuestro y tres veces Ave María en honor de cada coro angelical.
Promesas de San Miguel
A los que practican esta devoción en su honor, el Arcángel promete grandes bendiciones. Promete enviar un ángel de cada Coro Angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitaren estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun más, serán acompañados de todos los Angeles; y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán liberados del Purgatorio.
Invocación
Oh, Dios, ven en mi ayuda. Apresúrate Señor a socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.
1.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas; y así recibir dignamente en nuestros corazones el fuego de la Caridad Perfecta. Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
2.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado: y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
3.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios nuestro Señor derrame en nuestros corazones el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
4.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos, y así dominar nuestras pasiones. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
5.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
6.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal y no nos deje caer en la tentación, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
7.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
8.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras; y así nos lleve a la Gloria del Paraíso, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
9.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Angeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal y que nos guíen a la Gloria Eterna, Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)
Ahora rezar un Padre Nuestro en honor a los siguientes Angeles:
San Miguel
San Gabriel
San Rafael
El Angel de la Guarda
ORACIÓN FINAL
Oh, Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable Guía y Conductor. Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.
Rogad por nosotros, Oh, Glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.
Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En Vuestra maravillosa bondad y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcangel San Miguel como Príncipe de Vuestra Iglesia. Humildemente Os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque para perjudicar nuestras almas. Oh, Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y Divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.
(Con aprobación eclesiástica)
POR EL AUXILIO DE LOS ÁNGELES
¡Oh!, Augusta Reina del Cielo y Soberana de los ángeles! A vos que habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de satanás, os pedimos humildemente que enviéis las legiones celestiales para que bajo vuestras órdenes persigan a los demonios, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los arrojen en el abismo.
¿Quién como Dios? ¡Oh!, Santos ángeles y arcángeles, defendednos y guardadnos!
¡Oh, buena y tierna Madre! ¡Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza! ¡Oh, Divina Madre! ¡Enviad los santos ángeles para defendernos y rechazar lejos de nosotros al cruel enemigo! ¡Santos ángeles y arcángeles defendednos y guardadnos! Amén.
UNA LUZ
Ángeles protectores, mensajeros de Dios, rayos de luz, protección, pureza y sanación, guíen nuestros pasos para lograr el bien y evitar el mal. Ángeles poderosos, Uds. que están tan cerca de Dios... ilumínennos. Un rayo de luz a nuestro lado es un rayo de luz Celestial, Divino y Poderoso es un rayo de Dios.
UN ÁNGEL GUARDIÁN
Tú, ángel de Dios, que estás a cargo de mí, desde el querido Padre de la misericordia, hasta el Rey pastor del aprisco de los santos, haz la ronda alrededor de mí esta noche. Aparta de mí toda tentación y peligro. Rodéame en medio del mar de injusticias, y en todos los pasos angustiosos, retorcidos y angustiosos. Mantén mi barquilla, mantenla siempre. Sé una llama brillante delante de mí, Sé una estrella que me oriente encima de mí, sé un suave sendero delante de mí, y sé un benévolo pastor detrás de mí, hoy, esta noche y siempre.