La doctrina mariana.
María es la Nueva Eva que ha compartido la vida y la obra redentora del Nuevo Adán de una manera absolutamente única (concepción virginal en su seno durante nueve meses, infancia y vida secreta durante treinta años, comunión permanente durante la vida pública, comunión perfecta después de la Ascensión).
Ella sola pasó mas tiempo con Nuestro Señor que todas las demás criaturas juntas.
La Madre de Cristo, que es la cabeza de la Iglesia, con una vocación maternal única hacia todos los hombres, es también la madre de su Cuerpo que es la Iglesia. Dios respondió al "Fiat" perfecto que fue toda su vida, dándole una gloria superior a la de toda otra criatura : Reina del Cielo y de la Tierra, es ante todo Madre de Dios y Madre de los hombres.
Dios quiere que nosotros vayamos hacia El pasando por Ella, así como El vino a nosotros por medio de Ella. Es muy difícil hablar de María sin disminuir su esplendor y su grandeza. Por esta razón el Himno Acatista canta :
¡Salve, altura inaccesible a la razón humana!
¡Salve, profundidad insondable aun a los ojos de los Ángeles!
¡Salve, trono del Rey!
¡Salve, portadora de Quién lo lleva todo!
¡Salve, estrella que anuncia al Sol!
¡Salve, seno de la divina Encarnación!
¡Salve, renovadora de la Creación!
¡Salve, Madre del Creador!
¡Salve, Esposa siempre Virgen!